Perla Dejesus - las 3 "A"

LAS TRES "A" DEL PERDON,

APRECIACION
ACEPTACION
AYUDA

APRECIACION: DES-HACIENDO LA NEGACION

El conflicto debe ser resuelto. Si se quiere escapar de él, no debe evadirse, ignorarse, negarse, encubrirse, verse en otra parte, llamarse por otro nombre u ocultarse mediante cualquier clase de engaños.

Para comenzar el proceso del perdón, primero debemos darnos cuenta que el problema está en nuestra mente y no en mundo donde nuestro ego dice que está. Si nos enfurecemos ante dictadores como Hitler, es porque tenemos un Hitler en nuestra propia mente. Es muy incómodo y doloroso darnos cuenta de las cosas que hemos estado escondiendo en nuestra mente, y nos resistimos a este proceso. Sin embargo, hasta que nos demos cuenta cuáles son las necesidades que deben ser perdonadas, estamos destinados a seguir con nuestros problemas. Más aún, si permitimos que las defensas de nuestro ego sean deshechas, el Espíritu Santo entrará en nuestras mentes y con su luz hará desaparecer al ego, y este es nuestro temor más grande: el fin de nuestro ser especial y singular.

No es necesario que busques lo que es verdad, pero sí es necesario que busques todo lo que es falso.

El principal impulso que nos da el Curso no es cuando afirma la luz y al amor dentro nuestro, sino que descubre y perdona los bloques que hemos construido ante la presencia del amor. Cuando son removidos, durante el proceso del perdón, la luz y el amor de Dios automáticamente amanece en nuestras mentes. Jesús nos pide que utilicemos nuestras relaciones como espejos, par descubrir aquello que no ha sido sanado en nuestras mentes. Para poder hacer esto, necesitamos concientizarnos y esto es nuestra responsabilidad.

Eres demasiado tolerante con las divagaciones de tu mente, y condonas pasivamente sus creaciones falsas.

ACEPTACION: NO TOMAR NUESTRO EGO EN SERIO

La irrealidad del pecado es lo que hace que el perdón sea algo completamente natural y sano; un profundo consuelo para todos aquellos que lo conceden y una silenciosa bendición allí donde se recibe. El perdón no apoya las ilusiones, sino que, riendo dulcemente, las congrega a todas sin muchos aspavientos y las deposita tiernamente ante los pies de la verdad. Y ahí desaparecen por completo.

Cuando descubrimos, a través de la conciencia, que el problema está dentro de nosotros, el ego trata de recuperar su terreno perdido usando nuestra nueva percepción para acusarnos de nuestros pecados. Nuestro dedo acusador apunta ahora a nuestra cabeza. Esta respuesta hace que el mundo del ego sea real otra vez. Sin embargo, este drama sigue ocurriendo dentro del drama de la separación de Dios. Nada está sucediendo en realidad. Al igual que cuando te despiertas de una pesadilla para darte cuenta que nada ocurrió en realidad, así nos pide Jesús que aprendamos a reírnos delicadamente de todos los sueños de nuestro ego. Nada puede lastimar nuestra naturaleza en Cristo, de otra forma el pecado sería posible.

Cuando decidimos ser felices en lugar de tener razón, estamos invitando al Espíritu Santo en nuestras mentes. Mirar nuestra culpa con aceptación es el cambio de percepción que el Curso llama un milagro. Todo aquello a lo que nos resistamos, perdurará; pero aquello que aceptemos será sanado. El Curso nos pide que miremos a la oscuridad de nuestras mentes y que aceptemos sin juzgar lo que allí encontremos. No se nos pide que suprimamos nuestra ira o que la transformemos, sino que simplemente la contemplemos con gentil aceptación, y que esperemos pacientemente a que llegue el momento en que no habrá de estar más allí. La causa de todo nuestro dolor proviene de nuestro deseo de mantener con vida esta separación aparente con Dios, y que podamos así mantener nuestra individualidad preservada.

Él te exhorta a que lleves todo efecto temible ante Él para que juntos miréis su descabellada causa y os riáis juntos por un rato. Tú juzgas los efectos, pero Él ha juzgado su causa.

AYUDA: ENTREGANDO NUESTROS PROBLEMAS AL ESPIRITU SANTO

El Espíritu Santo sólo te pide esto: que lleves ante Él todos los secretos que le hayas ocultado. Ábrele todas las puertas y pídele que entre en la obscuridad y la desvanezca con Su luz. Si lo invitas, Él entrará gustosamente. Y llevará la luz a la obscuridad si le franqueas la entrada a ella. Pero Él no puede ver lo que mantienes oculto.

Cuando decidimos ser felices en lugar de tener razón, estamos invitando al Espíritu Santo en nuestras mentes para que haga resplandecer toda la culpa de la cual nos hemos estado aferrando.

Es importante que nos demos cuenta que no vamos a ser nosotros quienes sanaremos nuestras mentes – nosotros simplemente permitimos que los bloques que nos impiden sentir a Dios sean removidos por el Espíritu Santo. No necesitamos entender cómo sucede esto. Nuestro trabajo radica solamente en los dos primeros pasos de este proceso: Apreciación y Aceptación.

Para ser sanados necesitamos ayuda desde afuera de nuestro sistema de pensamiento del ego. Esta ayuda debe esperar hasta que sea llamada, ya que nunca nos será impuesta en contra de nuestro albedrío.

La próxima vez que sientas que perdiste tu paz, puede ayudar que te detengas por un momento y te hagas conciente de qué parte en tu cuerpo estás sintiendo incómodo. Esta área es un reflejo en tu cuerpo de una falta de perdón en tu mente.
Coloca tu mano sobre ésta área como gesto de simple aceptación y di para tus adentros que esta bien sentirte de esta manera.

Cuando te sientas listo, pídele al Espíritu Santo para que te ayude a ver el problema que tienes ahora en tu vida de una manera diferente.
Michael Dawson