¿DEBEMOS SEÑALAR LOS ERRORES DE LOS DEMAS?
Una de las enseñanzas centrales de Un Curso de Milagros es que cuando le invitamos sinceramente al Espíritu Santo a ayudarnos a cambiar de percepción acerca de algo o de alguien, nuestra experiencia se vuelve pacífica, amorosa y santa.
A veces parece tan fácil ver los errores de tu hermano.
El ego se deleitará diciéndote que "si tal persona actuara o hablara de otra manera, o si tal o cual acontecimiento o circunstancia externa cambiase, tú te salvarías. De este modo, la fuente de la salvación se percibe constantemente como algo externo a ti." (Lección 71) ¿Cuántas veces te has encontrado pensando "Mi vida mejorará radicalmente en cuanto mi pareja/padres/hijos/colegas/amigos mejoren radicalmente."
A veces parece tan fácil ver los errores de tu hermano. ¡Con sólo un imperceptible cambio en su actitud, seguramente vería lo sabio y verdadero que es tu consejo, y estará eternamente agradecido por tu iniciativa y tu intento de salvarlo!
VIENDO MAS ALLA
El Curso nos enseña que:
La vigilancia que el ego ejerce en relación con los errores de otros egos no es la clase de vigilancia que el Espíritu Santo quiere que mantengas.
Cuando leí esto por primera vez, casi me caigo al piso de la risa pensando en mi arrogancia. Como psicólogo, era orgulloso de mi perspicacia para ver "lo gordo" de lo que traía el otro.
El Espíritu Santo sólo te pide estar alerta para Dios y Su Reino. Esto significa estar profundamente sintonizado para ver más allá de la apariencia, para ver al Cristo en todos, y comprometerse a practicar sola-mente las formas del amor y la unión. Esta vigilancia no requiere que supervises espiritualmente al universo. No es tu función corregir a nadie. Sólo el Espíritu Santo verdaderamente sabe cómo corregir, pero sí es tu función practicar el perdón, suspender tus juicios y entendimiento limitado de lo que piensas que está ocurriendo, y estar abierto a ver la verdad.
DESHACIENDO
Si le señalas a tu hermano los errores de su ego, tienes forzosamente que estar viendo a través del tuyo porque el Espíritu Santo no percibe sus errores.
Cuando vemos los errores, ¿adivinen de quién son los errores que estamos viendo? ¡Básica-mente, si lo viste, lo tuviste! En cuanto veas el error o la culpa en otro no podrás evitar sentirte aislado del amor. Sin embargo, si miras más allá del aparente error y tienes la voluntad de ver la cara de Cristo en el otro "sin importar su proceder", te sentirás apreciado y entero.
En todas tus relaciones, recuerda que solo hay uno de nosotros aquí. Por lo tanto, cada persona que parece estar fuera de ti es la cara de Cristo disfrazado, preguntando "Quieres experimentarte como culpable, o quieres saber tu santidad?" La elección es tuya, y todas las veces que decidiste mal, que se conoce por cómo te sientes, puedes pedirle al Espíritu Santo que deshaga tu elección incorrecta y que te ayude a ver como Él ve, y experimentarte a vos y a otros de otro modo.
Esto no te vuelve una persona servil, ni te hace tolerar lo que puedas pensar que es una acción equivocada. Simplemente corrige en el nivel donde se necesita - en tu mente, no en tu hermano. ¡Dejemos que las correcciones las haga el Espíritu Santo!
Miranda Holden
