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PERLA DEJESUS |
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dios contigo |
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dios contigo...
Encendí mi computadora, y me conecté con Internet para bajar mensajes y, como les sucede a millones de personas todos los días, escuché las palabras tan conocidas, “¡Tienes correo!” Era evidente que tenía mensajes, lo veía en el pequeño icono de la bandeja de entrada y mi computadora lo sabía y pronunció esas palabras con convicción. Tenía mensajes, y no cabía ninguna duda.
Qué pasaría si al abrir nuestros ojos cada día, una pequeña Voz nos dijera, “¡Tienes a Dios!” Nuestra bandeja de entrada interna estaría llena de la orientación de Dios. No habría ninguna duda de que lo tenemos a Él y Su guía, pues la Voz nos lo diría con convicción y esa convicción sería suficiente para dar por tierra con cualquier duda y le aseguraría al corazón que estamos a salvo y completos.
A mí me parece que esto es lo que Un Curso de Milagros® nos está tratando de recordar en cada lección, en cada página de su texto y en cada sección del manual. “Tenemos a Dios”... o mejor dicho, Dios nos tiene a nosotros.
El proceso para tener esa convicción y sentir esa presencia no es el de buscar a Dios sino el de buscar todas las resistencias y barreras que hemos construido para no sentir esa presencia. Como leemos en el Curso...
Tu tarea no es ir en busca del amor, sino simplemente buscar y encontrar todas las barreras dentro de ti que has levantado contra él. No es necesario que busques lo que es verdad, pero sí es necesario que busques todo lo que es falso
La presencia de Dios está siempre dentro de nosotros. Esto no hace falta probarlo: es la verdad. La idea que estamos separados de Dios, no menoscaba a Dios. Nuestro pensamiento equivocado podrá resultarnos doloroso, causarnos culpa y miedo, pero no disminuye el poder de Dios. Nuestras debilidades o dificultades aparentan debilitar nuestra forma de pensar. ¿De verdad nos debilita esta forma de pensar... o cambia la verdad de lo que somos? Claro que no, pero nuestra forma de pensar puede hacer que parezca que sí. ¿Entonces qué hacer para despertar en nuestra mente el poder de Dios... para saber que estamos llenos internamente de Dios... que “Tenemos a Dios”?
La idea que estamos separados de Dios, no menoscaba a Dios. Nuestro pensamiento equivocado podrá resultarnos doloroso, causarnos culpa y miedo, pero no disminuye el poder de Dios.
Debemos ajustar el pensamiento. Recuerdo una vez cuando mi auto se detenía a cada rato. Lo ponía en marcha y en cuanto sacaba el pie del acelerador empezaba a ahogarse y se detenía. No tenía la más mínima idea de lo que pasaba. Estaba segura que lo llevaría al mecánico y que él me daría una larga explicación (que yo no entendería), que me cobraría un montón de dinero y con un poco de suerte quedaría arreglado. Pero eso no sucedió. Me dijo que el motor andaba demasiado despacio, hizo un pequeño ajuste, no me cobró, y seguí camino.
Así es como Dios quiere solucionar las defensas que pusiste entre Él y tú. Quiere ayudarte a hacer un sencillo ajuste a tu forma de pensar para que puedas sanar y seguir camino para ofrecer la misma ayuda y entendimiento a otros.
Nos hemos acostumbrado tanto a pensar que estamos limitados, que nuestros errores son un reflejo del error que sentimos que somos, que no hay nada que podamos hacer a la luz de un mundo y sus efectos tan abrumadores. Pero eso es porque nos hemos olvidado que “Tenemos a Dios”.
Es esencial que recordemos a Dios y su poder en nuestra vida, pero no podemos recordarlo o sentir Su orientación cuando nuestras mentes están llenas de enojo con los demás o juicios contra nosotros mismos. Tener esos pensamientos de miedo es como dejar caer una pesada cortina en nuestra mente que parece separarnos de la Ayuda. Pero, se puede levantar la cortina sencillamente volviendo la mente hacia Dios, invitándolo a entrar de nuevo, reconociendo que “Tenemos a Dios.” Incluso si pensamos que ya lo hicimos, si no estamos en paz, debemos invitarlo a entrar de nuevo.
¿Cómo se conserva la paz de Dios una vez que se ha encontrado? Si la ira retorna, en la forma que sea, el pesado telón volverá a caer una vez más y la creencia de que no es posible que haya paz inevitablemente regresará. La guerra se volverá a aceptar una vez más como la única realidad. Y ahora tendrás que deponer tu espada nuevamente, aunque no te hayas dado cuenta de que la habías vuelto a blandir. Pero al recordar, aunque sólo sea vagamente, cuán feliz eras sin ella, te darás cuenta de que debiste haberla vuelto a blandir para defenderte. Detente entonces por un momento y piensa en lo siguiente: ¿prefieres el conflicto o sería la paz de Dios una opción mejor? ¿Cuál te aporta más? Una mente tranquila no es un regalo baladí (M-20.4).
Sólo un ganso pensaría que la paz de Dios no era la mejor opción... pero todos los días somos un poco gansos. Entonces, invitar a Dios a ser parte de nuestras vidas se convierte en un proceso continuo... no porque Dios necesite la invitación, sino porque necesitamos reafirmar la conciencia de que “Tenemos a Dios.”
El Curso nos da muchas técnicas para despejar las barreras que impiden que reconozcamos a Dios y una de ellas está en la lección 188 del libro de ejercicios. Dice:
El propósito de nuestras prácticas de hoy es acercarnos a la luz que mora en nosotros. Tomamos rienda de nuestros pensamientos errantes y dulcemente los conducimos de regreso allí donde pueden armonizarse con los pensamientos que compartimos con Dios. No vamos a permitir que sigan descarriados. Dejaremos que la luz que mora en nuestras mentes los guíe de regreso a su hogar. Los hemos traicionado al haberles ordenado que se apartasen de nosotros. Pero ahora les pedimos que regresen y los purificamos de cualquier anhelo extraño o deseo confuso. Y así, les restituimos la santidad que es su herencia.
De esta forma, nuestras mentes quedan restauradas junto con ellos, y reconocemos que la paz de Dios refulge todavía en nosotros, y que se extiende desde nosotros hasta todas las cosas vivientes que comparten nuestra vida. Las perdonamos a todas, y absolvemos al mundo entero de lo que pensábamos que nos había hecho. Pues somos nosotros quienes construimos el mundo como queremos que sea. Ahora elegimos que sea inocente, libre de pecado y receptivo a la salvación.
Aquí se nos pide que tomemos nuestros pensamientos errantes (aquellos pensamientos de enojo, juicio, miedo, etc., que llenan nuestras mentes y que pareciera que no podemos controlar) y traerlos de nuevo a la mente, hacernos cargo de ellos y “purificarlos” de modo que podamos ver el milagro que se nos dará. No importa lo distorsionados que sean o hayan sido nuestros pensamientos, se pueden sanar para que podamos ver la belleza dentro de este mundo, dentro de nuestros hermanos y hermanas y dentro de nosotros.
Hace muchos años una buena amiga mía, que estudia el Curso desde hace tantos años, contó la historia de una relación muy difícil que tenía con una persona muy conocida. Ambos estaban en el Directorio de una institución renombrada, de modo que no podían evitar verse ni ignorar su relación. Aunque mi amiga y este caballero compartían creencias espirituales parecidas igual su relación era muy difícil y ríspida. ¡Los resentimientos fácilmente cierran la puerta a Dios, no importa cuán “espiritual” o “famoso” seas!
Una noche después de un intercambio particularmente difícil, mi amiga le pidió al Espíritu Santo que sanara su mente... estaba cansada de estar enojada. La paz de Dios era lo que ella quería, de modo que necesitaba permitirle a Dios que sanara su percepción de Juan (no es su verdadero nombre).
A medida que aquietaba su mente, tuvo la imagen de estar dentro de una gran fábrica que tenía una cinta transportadora que pasaba cerca de ella. De repente ahí sobre la cinta estaba Juan cubierto de barro... tanto barro que era casi imposible reconocer su figura. Se dio cuenta que el barro representaba su juicio y enojo con Juan. Esta figura de barro siguió sobre la cinta y luego pasó debajo de un chorro de agua que dejó al descubierto lo que Juan realmente era. ¡Era tan hermoso, inocente y lleno de luz! Una vez que sus “anhelos extraños y deseos confusos” con respecto a él habían sido purificados, ella lo vio a la luz de la verdad y al hacerlo vio su propia inocencia también. Ambos estaban llenos de la santa luz de Dios.
El perdón la había absuelto de sus pensamientos carentes de perdón y del que pensó que la había atacado. Ella se había hecho una imagen de Juan según sus parámetros y ahora veía lo que era realmente... la santa luz de Dios, al igual que ella.
¿Has distorsionado últimamente el regalo que Dios te ha dado? El Curso dice que sí lo hicimos si nuestro talante no es dichoso. “En cada caso, dice, has pensado mal acerca de algún hermano que Dios creó, y estás percibiendo imágenes que tu ego forja en un espejo tenebroso. Sigue diciéndonos cómo corregir nuestra percepción equivocada para que se lleve a cabo una sanación. Examina honestamente qué es lo que has pensado que Dios no habría pensado, y qué no has pensado que Dios habría querido que pensases. Examina honestamente tanto lo que has hecho como lo que has dejado sin hacer, y cambia entonces de mentalidad para que así puedas pensar con la Mente de Dios
Nunca ha habido un tiempo en que la orientación y amor de Dios no haya llenado nuestro ser, pero nuestros “anhelos extraños y deseos confusos” nos han hecho sentir vacíos y carentes de Su conducción. Ahora es el momento de pensar con Dios, permitiendo que se remuevan las barreras que levantamos ante nuestra conciencia de Él. Debemos examinar los pensamientos que estemos pensando que Dios no pensaría respecto de nosotros o de nadie más. Debemos recordar lo que Dios pensaría acerca de nosotros y de nuestros hermanos, que tal vez no sea igual a lo que nosotros pensaríamos... que cada uno de nosotros es santo, inocente, amado y amoroso. Debemos llevar nuestros pensamientos a Dios de modo que se puedan purificar y podamos tener una clara visión de los regalos que Dios nos ha hecho. Cuando hayamos permitido que este proceso tome lugar, sabremos que “Tenemos a Dios” pues sabremos que Dios nos tiene a nosotros. Nuestros corazones se llenarán con Su amor, y la dicha reinará en nuestras mentes y en el mundo.
Beverly H
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