Las palabras que leemos en UCDM se transforman rápidamente en armas de destrucción masiva estando en manos del ego. Me refiero a la destrucción masiva de las verdaderas ligaduras que nos sujetan: el Amor. Se pueden convertir en herramientas del ego con el fin de separar y alienar a nuestros hermanos ya separados entre sí, y también al Ser que compartimos. Veamos en más detalle:
¿Deseas la libertad del cuerpo o la de la mente? Pues no puedes tener ambas. ¿Qué valoras más, el cuerpo o la mente? ¿Cuál de ellos es tu objetivo? (T-22.VI.1)
Compara esto con otro pasaje que, si se lee fuera de contexto, puede resultar algo intimidatorio:
El concepto de posesión es un concepto peligroso si se deja en tus manos. (T.13.VII.10:10)
Algunos pensarán, bueno… ¿qué hago? ¿Me deshago de todo lo que poseo? ¿Dejo de comprar cosas? ¿Vendo el auto, mi casa, mi negocio? ¿Qué es lo que se me pide? ¿Quién va a ‘poseer’ mis cosas si me desprendo de ellas?
Veamos la segunda cita: las palabras operativas son “si se deja en tus manos”.
Si se lo dejamos por cuenta de la mente que piensa que está fragmentada (tú), y separada de Aquél que es su verdadero Ser y que abarca a toda la Filiación, todas las cosas son percibidas a través de la lente de la escasez, y por lo tanto de la creencia que obtener, poseer y tener ofrece felicidad y paz, en otras palabras, aquello que el Curso llama Salvación. Se convierte en el impulso para tus acciones, comienzas a proceder motivado por la escasez, y compras y acumulas riqueza, ropa, amigos, joyas, comida, drogas, alcohol y cigarrillos… y ¡nunca hay suficiente! Esto es debido a que la mente que piensa que está sola nace a cada instante, en cada momento, de la semilla de la escasez, y siguiendo la ley de la mente, se multiplica como tal.
Sin embargo, cuando se sostiene la presencia del Espíritu Santo, y Él es el principio de la Expiación Misma (alias: nada sucedió, no estamos separados de Dios ni el uno del otro), entonces la luz de la abundancia, la unión y el compartir ilumina todas nuestras decisiones, y estamos guiados a tomar acciones que son inclusivos, que son mutuamente beneficiosos, y sobre todo, que conducen al deshacimiento de la idea de separación entre los Hijos de Dios. En el nivel de la forma, el reflejo de esto puede cambiar dependiendo de las circunstancias. A veces darás, otras veces obtendrás. A veces no harás nada. Pero aquí la clave es que hagas lo que hagas tendrás paz mental.
Se distorsionan los conceptos como los citados si uno lee rápidamente basado en la interpretación que habíamos tenido previamente acerca de estos conceptos. Por ejemplo, algunas personas pueden apurarse para desprenderse de todas sus pertenencias pensando que al no ‘poseer’ nada en el mundo literalmente, que estarán haciendo la voluntad de Dios. Otros pueden convertirse en blanco de aquellos que usan este Curso para convencer a la gente de no poseer ninguna propiedad y que lo destinen a ‘sus’ organizaciones. Si… esto sucede en el mundo, en toda comunidad espiritual y la comunidad del Curso no es la excepción.
Esto no difiere del sistema de creencia tradicional basado en la escasez, que cree que al regalar algo lo has perdido pero que ‘anotas’ puntos en tu favor en el reino de los Cielos. O que poseer algo es un ‘pecado’ de alguna manera.
Ambas cosas son el reflejo del pensamiento de escasez, nacido del pensamiento de la separación, lo opuesto a la Expiación – el Pensamiento de Unión que no espera ni necesita sacrificios, y no espera ni necesita nada porque lo Es todo.
Entonces, ¿de qué forma resulta que es lo mismo desprenderse de cosas para marcar ‘puntos’ o preservarlos con culpa? Tanto la acumulación de cosas como el desprendimiento de cosas afirma que ‘las cosas importan’ y que la paz se encuentra en ‘ellas’ y no en Dios. La paz no se encuentra allí afuera, en el mundo, en poseer cosas o en no poseerlas. Se encuentra en la mente que elige qué significado darle a aquellas cosas en un momento determinado.
Mucha gente cae en la trampa de usar cambios de conducta, cambios de estilo de vida, incluso se mudan a algún complejo habitacional de una secta y regalan todas sus propiedades a fin de ‘cumplir’ con el Curso o a fin de hacer méritos ante Dios, como si Él llevase registro de buenas acciones.
El Curso no nos dice nada en el nivel de la forma, y no hay requisitos que cumplir. Si convertimos las acciones en maneras de controlar el espíritu, sólo estaremos en el nivel de las tradiciones de fe que usan rituales para apaciguar al dios de su religión, un dios del ego, pues el Verdadero Dios nunca necesita nada, no exige ni requiere ni espera nada, ÉL simplemente Es, como dice el Curso. El Amor simplemente Es. Este es el Reino que deberemos buscar primero, y por supuesto que todo lo demás se nos dará por añadidura. ¡No hay nada más
¡Lo que hay que deshacer es la creencia que tener posesiones puede hacernos feliz, y también la creencia que la felicidad es desprenderse de todas las cosas! Lo que hay que cambiar es la creencia en la escasez que hace que quieras completarte basándote en estímulos externos o en acciones tomadas en el nivel de la forma, sea regalando tus cosas, o teniendo cosas, o usando cosas, o rodeándonos de gente para tapar el vacío que sientes hasta que encuentres el amor de tu VIDA, que está en lo interior. No hace falta cambiar los activos, ni las acciones, ni la conducta, ni a ‘los otros’, ni las cosas.
Y conste que este no es un pequeño ‘yo’ separado y aislado, sino el Yo expansivo, generoso, plenamente realizado y completo que Dios creó Íntegro y Sano y Uno, sin necesidad de nada. Una vez que este cambio de Identidad ocurre, ¿quién tendría necesidad de encontrar la felicidad en alguna cosa del mundo? ¿Y quién necesita encontrar felicidad en negarse algo de este mundo que está disponible para su disfrute y bienestar?
Por lo tanto, el hecho que te deshagas de tus propiedades no significa que de alguna manera estés logrando un nivel espiritual más elevado. De hecho estarás haciendo todo lo contrario, pues aun estarás afirmando que las cosas tienen el poder de dar o quitar la Paz de Dios en ti, o de completarte, o de quitar de ti y hacer que seas menos que Lo Que Eres, de alguna manera. Reitero que esa es una estrategia del ego para hacerse cargo del poder de definir Lo Que Eres, cosa que tú no puedes definir para nada, pues Eso fue Establecido por Dios Mismo en el momento de la creación, y no hay más que hablar.
Tú eres Aquello que Dios dice que ERES y nada más… Su Pensamiento de Amor, y nada más.
En el mundo, no puedes evitar ser propietario de cosas. Es decir, es más efectivo comprar una casa que alquilar una casa, por ejemplo. No es que uno u otro pueda dar o quitar la Paz de Dios, pero uno te ahorra impuestos y por lo tanto te permite hacer mejor uso de otro recurso mundano: el dinero. Compras alimentos para mantener el cuerpo, y cuando compras alimentos pasan a ser tuyos. Cuando compras una mascota, pasa a ser tuyo. Cuando pagas la cuenta del agua, ‘posees’ el agua que consumes… cuando respiras el aire, lo ‘posees’ porque se convierte en tu propio aire y no es de nadie más.
Ahora, qué pasaría si los seis mil millones de personas en el Planeta Tierra dejaran de trabajar y tributar, que nos desprendiéramos de nuestras ‘cosas’, y comenzáramos a vivir gracias a ‘donaciones’? ¿No son las donaciones dinero ‘propio’ una vez que las aceptas? ¿Hay diferencia alguna entre el dinero ganado con el trabajo hecho para lograr donaciones y el dinero ganado con el trabajo hecho por compensación? ¿Qué pasaría si seis mil millones de personas hicieran esto y luego vivieran de donaciones y se desprendieran de todas sus propiedades? ¿Quién haría donaciones? ¿Quién trabajaría y produciría el alimento que consumimos, las cosas que igual tendríamos que comprar para sobrevivir, como alojamiento y prendas de vestir para protegerse del tiempo inclemente?
Esto es confusión de niveles. No hay nada en el mundo que pueda afectar a la Verdad. Sin embargo, debemos hacer las paces con el mundo: es el primer paso.
Y no hay más que hablar…
En el mundo, sencillamente nos comportamos normalmente, y reflejamos la bondad que somos, según nos sentimos llamados y guiados a comportarnos con nuestros hermanos. Eso es todo. Pero no hace falta hacer nada en lo conductual para controlar el estado del Espíritu. Eso no se puede hacer.
Así es como aprendemos a estar en el mundo pero no ser de él. Y este es un proceso; no es un equilibrio que logramos de un día para otro, particularmente al principio, porque el ego – el pensamiento de escasez y separación – todavía está impulsando nuestras acciones en el mundo.
No hace falta que ‘actuemos’ espiritualmente, sólo hace falta reconocer que nuestra verdadera Identidad es Espíritu, aunque parezca que estamos viviendo otra cosa diferente y que nos vemos los unos a lo otros como cuerpos separados con intereses separados y niveles de ser. Podemos mantener ese pensamiento en la mente cuando pedimos orientación sobre cómo proceder con nuestras acciones y dejar que en ellas se refleje nuestro nuevo aprendizaje.
La clave está en reconocer que nada en el mundo procede de Dios y que por lo tanto nada en el mundo puede dar o quitar Su paz. Una vez que reconoces eso, entonces actúas en el mejor interés de todos, como el Espíritu guía. A veces puede significar que comprarás y que poseerás cosas, otras veces significa que no.
Deja que el Corazón del Amor sea tu guía ya que la conducta es solamente el efecto de la causa, que está en la mente. Queremos que la causa (mente) impulse nuestras acciones, no el efecto (conducta).
Nuestro objetivo es aprender a recordar que nuestra verdadera Identidad es Espíritu, y lo hacemos despejando los obstáculos que impiden ese entendimiento en nosotros. El obstáculo es el pensamiento de escasez y separación, y sus muchas manifestaciones.
No hay diferencia alguna entre los aparentes fragmentos de la Filiación; ninguno es más sabio, mejor, más elevado, o más espiritual o diferente. Tampoco podemos ‘comprar’ nuestra entrada a un nivel más alto de ser, solamente podemos despertar a él cuando cambiamos de parecer acerca de lo que creemos que es verdad.
Todos tenemos sabiduría interior pues los Hijos de Dios se crearon iguales, y nosotros somos esa Sabiduría, nosotros somos el Amor de Dios. Somos todo lo que siempre deseamos SER.
Tú eres la realización que buscas, y ninguna acción en el mundo te va a devolver esta Identidad. Solo recuperaremos nuestro Ser al despejar los obstáculos que impiden que nuestra Visión sea consciente de él.
Lucia Espinosa, Milagros en la Red
UCDM